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BIENVENIDOS

Este es un espacio interactivo donde podrás compartir con tus amigos tus pensamientos, tus gustos, tus escritos literarios y cientificos, imágenes, videos y demás cosas; con el fin de ser conocido o ser criticado y así evaluarte como persona, como estudiante o como escritor. espero disfrutes de este blog y lo visites continuamente para interactuar e intercambiar opiniones y evaluaciones.

martes, 30 de octubre de 2007

martes, 11 de septiembre de 2007

Y LA MUSICA COMIENZA…


¿Me permite esta pieza?
Sonrojada accedió a tan bondadosa petición del caballero. Las manos se unieron y los pasos firmemente seguían el compás.

La música giraba alrededor de sus cabezas, sus ojos se seguían y se encontraban un poco tímidos. La falda de ella se enredaba en sus zapatos y él confiadamente la mecía.

Rápido y más rápido se mezclaban y organizaban su rutina. Los visitantes los miraban aunque no dejaban tampoco de danzar. El salón brillaba y las lámparas tomaban color. Cada uno en su traje se olvidaba de sí y se perdía en la nueva dimensión y en el ambiente de delicadeza y estupor

Stefany Carrillo Garcia

UN AVION FEITO.

Cuenta la historia que habia un patito feo que se convirtió en ganso. ¡Pero una avion feo? bueno la verdad es que todo comenzó cuando Cascada llegó a la competencia final y se dio cuenta que él era diferente: sus alas eran más cortas que los de sus compañeros, su base era triangular, su pico muy gordo y parecia un bebe al lado de todos. cuando el aterrizo en el pasto de aterrizaje, los otros aviones sólo lo miraban de reojo, los reporteros y periodistas les tomaban muchas más fotos a los más grandes y con última tecnología que a él. triste se regocijaba en una esquina y sentia verguenza de mostrarse, hasta que más tarde llegó un avión mucho más pequeño que él y más indeble.

los animos de Cascada se recuperaron otra vez y cogio fuerzas para salir y nostrar sus pocos atributos.

su creadora lo queria mucho, cuando comenzo a diseñarlo compro cada una de sus partes en los mejores lugares pero con muy poca plata. le alineo sus alas, le reforzó su base, lo pinto de blanco y verde y lo balanceo lo mejor posible. Cascada al ver un compañero todavia más de bajo rango se acerco por que sintió la obligación de darle apoyo moral a él. los dos se llevaron muy bien y esperaban ansiosamente que comenzara la prueba.

Todos los aviones comenzaron a despegar, unos se caian y estrellaban, otros medio volaban y otros realizaban piruetas magnificas y hermosas que los espectadores aplaudian con gran fervor. cuando le llego el turno a Cascada sus alas comenzaron a temblar su seguridad decayó y su importancia se opacáo. sin embargo su ya amigo Viento el m,ás pequeñito tomo valor para enfrentarse a las corrientes de aire y despegó. el vuelo comenzo bien pero poco apoco perdia el equilibrio hasta que cayó.

Cascada decidio tambien hacerlo y mirando las nubes despegó velozmente y alcanzó una altur emocionante, se sentia libre, soñador y aceptado. el cielo lo acogió como su hijo y desde ahí el avion Feito logró ser percatado

LO QUE APRENDÍ LEYENDO A RULFO

cuando por primera vez en mi vida tuve en mis manos el libro de Pedro Páramo lo primero que pensé es debia ser una perdida de tiempo leer algo tan corto. y es que lamentablemente yo pensaba así: !los libros largos deben ser los mejores¡deben tener en cuenta que para ese entonces, yo tan solo era una adolescente y estaba en el colegio y pues todos empiezan siendo ignorantes.

lo primero que me causo pereza -cabe señalar que todavia no habia leído- para leerlo fue su portada amarilla y con un casi irreconocible caballo en sombras negras. me imagino que ya se darian cuenta que era un texto "pirata". y lo otro es que yo detestaba la hojas amarillas. cuando por fin lo abrí, me di cuenta que no era una novela, sino una serie de cuentos lo que me pareció muy curioso por que en todo el año escolar y nunca en todo el bachillerato nos habian colocado a leer un libro completo de cuentos. de todas formas lo empezé aleer y ¡he ahí a Macario! el primer relato del libro. fue tanta la emoción de encontrarme con tan profundo personaje que no pude de dejar de leer los cuentos hasta que los acabara.

y es que para leer a rulfo se necesita de agallas. ¿ se preguntan por qué? solo se debe observar la creacion tan profunda, humana y real que el autor logra con sus personajes. aprendi que la historia en los cuentos es sólo eso, un acontecimiento que se ha de desarrollar, pero con los personajes, esos que protagonizan los conflictos y la trama dramatica uno como escritor puede hacer de su historia una tesis existencial, una relatoria de la condición humana: su miserableza, su pobreza, su destino, su ilógica vida, su muerte, su sequía, su llano. todos estos y más exponen el alma del hombre a lo más bajo y ruin que hay en él.

juan rulfo me enseñó que cada uno tiene un llano en su vida: y no es sólo su tierra, es su razón de vivr y de seguir adelante con eso que llamamos destino o cruel realidad. Me enseñó a comprender el porqué de la crueldad del hombre, el porqué su infidelidad con su cuento "Talpa", el por qué la rebelión y la lucha de los ideales o por una mejor condición de vida con su relato "El llano en llamas". aprendi de Rulfo que no hay mejor desahogo que el escribir y que no hay hombre indescifrable en el mundo.

Al terminar mi libro- por que ya lo sentia mio- quede en un estado de extasis por toda la noche. soñe mil y una veces con sus paisajes, sus lugares esteriles, secos y muertos. me senti muert, me senti otra. y es que no era para más. un mes despues me enteré que tenia otro libro, y esta vez sí era una novela, su nombre era "Pedro Páramo". de una vez senti ese cosquilleo y esa ansiedad de leermelo, de tragarmelo entero y masticarlo poco. Hoy siento que de ahí, desde el momento que termine de leerlo aprendí a conocer al hombre en toda su esencia.

miércoles, 18 de abril de 2007

UNA NOCHE EN CARTAGENA


CENTRO DE CONVENCIONES


WILLIAM OSPINA Y YO


Y un encuentro ocasional (Crónica)

La suerte

Los rumores llegaban a oídos de todos los asistentes. El maestro una vez más decepcionaría a sus discípulos y todo quedaría en una sensación de desconcierto y abstinencia. Llegó el día esperado, eran las seis de la mañana y el bochorno no acostumbrado concluía sus efectos en cada uno de los cuerpecitos que venían de Bucaramanga y me imagino que también de otras ciudades. El Gemelo y yo entramos al salón Getsemaní, era el inicio del IV congreso internacional de la lengua española que según los diarios se celebra cada tres años en países oficializados con dicho idioma. Sin embargo, lo importante no era que se celebrara en diferentes países, sino que Colombia por primera vez le daría una verdadera importancia a los estudios humanísticos y considerados desde hace épocas “los no productivos para el país”.

La solemne sesión inaugural del congreso comenzaba a las diez de la mañana pero las puertas del auditorio se cerraron a las 8:45 en punto. El gemelo y yo alcanzamos a entrar con un sentimiento de satisfacción cuando nos enteramos que a los asistentes no los dejaban entrar y que los remitían a otro salón donde observarían la sesión en pantalla grande. El sentimiento era inexplicaba, por primera vez éramos parte del grupo elitista de Colombia, estábamos sentados entre los periodistas que se organizaron de forma horizontal al auditorio y nos emanaba una ansiedad y curiosidad de lo que pasaría ahí adent
ro.

La sesión

–Llegó Gabo, Llegó Gabo. Gritó a gran pulmón una señora desconocida. De repente la multitud se levantó y con inmensa alegoría recibían incómodamente al maestro esperado, si, era Gabriel García Márquez que con su inconfundible atuendo blanco nos llenó de gran alegría. Los murmuros y chismes anteriores sólo eran eso, por que realmente había llegado. Las personas se le tiraron encima, los periodistas y camarógrafos lo asfixiaban y la junta directiva decidió retirarlo por el momento del sitio. Diez minutos después llegaron el rey y la reina de España acompañados por el presidente de la república, Álvaro Uribe Vélez. Luego de estar sentados en el estrado, otra vez realizó su entrada simbólica nuestro Nóbel patriota que levantando los brazos en forma de puño nos decía: lo logramos pelaos, lo logramos.

Las primeras intervenciones fueron de Belisario Betancurt, Tomás Eloy Martinez, Antonio Muñoz Molina y el director del instituto Cervantes César Antonio Molina, todos ellos preparados con su discurso acerca del laborioso trabajo que fue organizar el congreso, la importancia de los estudios del español, la oficialización con el país para la impronta de la nueva gramática española que según decían desde Medellín, condensaba nuevas palabras hispanoaméricanas como la evidencia de la integridad de la lengua entre su misma diversidad. Dicho todo eso y más, se continúo con un fragmento documental de Luis Fernando Pacho Botía titulado “Buscando a Gabo”. En ese momento la gran pantalla frente a nuestros ojos comenzó a pasar una serie de imágenes de nuestro escritor Colombiano en Homenaje, sus familiares, sus amigos y otros en una complicidad única expresando secretos e intimidades de la vida del autor. El documental poseía una música de fondo que lograba incorporar al espectador como a una realidad fantástica. Yo sentía un poco de nostalgia, no se porque, pero mi mente me decía: -tan raro, estas cosas sólo las hacen cuando los autores reconocidos se mueren. Pero este pensamiento fue interrumpido por el comentario de mi gemelo: -yo no entiendo por que tanta algarabía con la esposa de Gabo. Sentí que la sangre me fluyó a la cabeza, de pronto por que lo tomé como un pensamiento machista e insensato al no reconocer la obra de Doña Mercedes y le dije: -¡ja! Para tu información ella mantuvo a Gabo mientras él escribía cien años de soledad y si no fuera por ella esa obra nunca hubiera culminado. Los dos guardamos silencio.

El Homenaje

Terminado el fragmento de video, comenzó el homenaje a Gabriel García Márquez con palabras del señor Carlos Fuentes, recordé que precedentemente mi anterior profesora de novela, Yolanda Carrillo, me había comentado que lo que más esperaba del congreso eran las intervenciones de este personaje. El discurso titulado “para darle nombre a América” condensaba toda una experiencia de vida alrededor de Gabo, conocerse, publicar sus cuentos, visitar museos en México y demás, que ocasionaban al oyente una actitud atenta, interesante y hasta envidiosa por lo vivido. El público lo aplaudia incesantemente por cada estrofa de su escrito, ya sea por sus comentarios irónicos o por sus expresiones jocosas refiriéndose a las actitudes del agasajado, el nos decía que la iluminación de cien años de soledad se reflejó el día en que García Márquez le dijo: -Fontacho, ¿Qué vamos hacer? ¿Salvar al cine Mexicano o escribir nuestras Novelas? La afluencia se rió, pero no con una risa cómica sino una que expresaba lo insólito de una decisión.

Detrás de las palabras de Carlos Fuentes, seguían las del señor Víctor García de la Concha que inigualablemente ocasionó un millar de impresiones al espectador. Relató el día en que Gabo con su madre visitaron a su ciudad natal Aracataca, encontrando una realidad fantasmagórica y dejándole una visión mística al ver a su mamá llorar abrazada de su comadre por un lapso de media hora. El gemelo y yo no lo imaginábamos, nos preguntábamos ¿Cómo era posible que una persona lograra crear tan brillante obra a partir de esa imagen onírica? -Definitivamente la imaginación se nos ha atrofiado. Dije en voz alta. La atención establecida de golpe se vio interrumpida con la entrada tardía del expresidente de los Estados Unidos de América, Bill Clinton. Era extraña la sensación, ver en persona un protagonista con tanta historia mundial, con tantos escándalos pero al mismo tiempo tan simpático no sólo físicamente sino que también emanaba una calidez un poco superficial. Su llegada como con siete si no más de guardaespaldas dentro del auditorio ocasionó la algarabía y el desorden de la gente que en pocos minutos se le pidió silencio. El homenaje continúo y se le entregó en sus propias manos a Gabriel García Márquez la edición conmemorativa de Cien años de soledad, preparada por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española. El tumulto aclamaba a su maestro ejemplar y él con una expresión entremezclada de gracia, gloria, pena, dicha y regocijo volvió alzar sus puños juntos con el libro y parecía elevarse entre nosotros. Los reflejos de las cámaras no terminaban de parar, los aplausos no descansaban, la gente se levantaba y todo se convirtió en un templo de complicidad que pocos tuvimos la suerte de vivir, todos nos alegramos por él, todos compartimos sus méritos y por primera vez en la vida, lo repito, sentí que en Colombia hubo un momento donde las envidias y los terrores no existían.

El momento esperado

Lamentablemente, más tarde nos enteramos que a esa misma hora los niños del chocó se morían de hambre y ni un minuto de silencio les fue conferido. Una vez más, nuestro país, furtivamente trataba de esconder a sus visitantes internacionales la auténtica realidad. El homenaje siguió en pie con los discursos del Rey de España y el Presidente Álvaro Uribe Vélez, quienes expresaban su diplomacia y atención a las labores ejercidas por el autor. El momento llegó, las palabras del mismo Gabo eran ovacionadas, se acercó al púlpito y comenzó a departir su experiencia y el surgimiento de su obra cumbre, que ya era considerada como el quijote latinoamericano. Sus agradecimientos a su señora esposa Doña Mercedes por su incondicional compañía y ayuda, me permitieron decirle a mi gemelo: - te lo dije. Naturalmente ese momento no se podia perder, me levante sin ninguna pena y grabé con el celular toda su oratoria que aunque no tiene gran definición si dejaron sus palabras dichas y hechas.

La despedida

Finiquitado su momento, entró a todo fulgor la agrupación musical “Los niños vallenatos” dirigidos por el director Andrés Turco Gil que con su papayera le dieron color y sabor a este gran homenaje. La música fue la señal del inicio de una gran lluvia de mariposas amarillas, que caían mágicamente sobre nuestras cabezas, la alegría era incontrolable, los movimientos de cadera también. Poco a poco los niños musicales se acercaban al maestro y le decían: - y una mariposa amarilla es un pescadito de oro, y una mariposa amarilla es un pescadito de oro, Gabo no dice nada y por eso es que canta conmigo... el marco se completó, la historia terminó. Minutos después, mi gemelo y yo bajamos a tomarle unas cuantas fotos a García Márquez y se despidió de nosotros. Una imagen de un adiós infinito nos llenó de nostalgia y pensamos:- Por fin conocimos al maestro.

Stefany Carrillo García

miércoles, 21 de marzo de 2007

CRÓNICA AUTOBIOGRÁFICA


De Stefany Carrillo Garcia

Cuando mi papá me llevaba en sus grandes espaldas al primer jardín infantil de mi vida no me imaginaba la magnitud de quedarme sola en un lugar desconocido. Todos los días lloraba, pataleaba, me revolcaba, irrumpía las clases y no me calmaba hasta que aparecía de nuevo en las puertas del colegio, la cara avergonzada y malgeniada de mi papá. Fueron dos meses consecutivos de incansable lloradera hasta que todas las profesoras del jardín decidieron aconsejarle a mis padres que esperaran un año más para matricularme en Kinder, pues no me había podido adaptar a la vida estudiantil.

Pasado el año, mis padres sin falta me llevaron al colegio “Anexo al INEM” donde después de haber pintado una piña gigante me llegué a adaptar. La profesora Adela siempre nos amenazaba con la enorme férula del salón, “si no se portan bien, entonces...” y agitaba seguidamente lo que para mi era un palo gordo y pesado. Sin embargo, ese objeto que para muchos de mis compañeros fue un símbolo de castigo, para mi fue el inicio de lo que posiblemente era la escritura. Mi gran estatura, mi silencio y mi poca rebeldía eran los requisitos perfectos para ser escogida, todos los días, como la ayudante para hacer los renglones en el tablero. Observaba atentamente los trazos impecables de la profesora quien nos repetía sin cansancio a-e-i-o-u y un sin número de planas con palitos, círculos y demás figuras que aseguraba “soltaban la mano”.

El señor Augusto, mi padre, me leía cuentos todas las tardes desde muy pequeña. Soñé conocer el “Hombrecito vestido de gris”, imaginé esconderme del “zorro Martín” y dormí pensando estar en los brazos de “mamá Luna”. Las primeras experiencias con la lectura fueron gracias a mi curiosidad de examinar hoja por hoja los libros de guía que solicitaban los colegios. Me gustaba observar los dibujos y leer las palabras alrededor de ellas. En mi soledad me gustaba encerrarme en mi cuarto y recortar los cuentos, fábulas y poemas que me deleitaban y lo mejor, era pegarlos en mi cama para soñar con ellos, aún hoy los tengo, no en las condiciones deseables, pues mi madre cuando se dio cuenta, trató de quitarlos pero le fue imposible.

Cuando comencé la secundaria, me di cuenta de mi gusto por las humanidades; añoré el teatro, las danzas, los talleres de poesía, el periódico escolar, entre otros más. Me gustaba mi colegio, siempre pensé que un mejor lugar no podía encontrar. La biblioteca siempre fue un lugar especial, me parecía curioso que dentro de ella estuviera la capilla, quizá era una forma para meternos en la religión mientras leíamos, aún no lo sé. Actualmente escucho decir a mis compañeros que en el bachillerato nunca leyeron buenos libros, sino puros best-seller. En mi caso no fue así, desde sexto hasta undécimo leí libros clásicos como Maria de Jorge Isaac, Cien años de Soledad de Gabo,, Manuela de Benito Pérez, el extranjero de Camus y un sin número de cuentos de Julio Cortazar, Juan Rulfo y Tomás carrasquilla entre muchas otras obras. Aunque sólo eran cuatro horas semanales de español y literatura siempre nos colocaban a leer textos en la casa. Era la tarea.

Hoy más que nunca, pienso que es obtuso pensar que si no soy buen lector es por culpa del colegio. Más bien es por culpa de la falta de interés. El interés no se logra por que la institución le ofrezca la oportunidad de conocerlo sino por que la distracción va más allá, a cosas superfluas e ignorantes.

miércoles, 28 de febrero de 2007

DESPERTAR


Entra la luz y asciendo torpemente
de los sueños al sueño compartido
y las cosas recobran su debido
y esperado lugar
y en el presente converge abrumador y vasto el
vago ayer: las seculares migraciones del pájaro
y del hombre, las legiones que el hierro destrozó,
Roma y Cartago.

Vuelve también la cotidiana historia:
mi voz, mi rostro, mi temor, mi suerte.
¡Ah, si aquel otro despertar, la muerte,
me deparara un tiempo sin memoria
de mi nombre y de todo lo que he sido!
¡Ah, si en esa mañana hubiera olvido!

jORGE lUIS BORGES